Nosotros
Casa Grande es una tradición familiar de viticultores y bodegueros en Uruguay, con un legado que abarca cuatro generaciones y una comunidad dedicada.
Casa Grande es familia. Somos la cuarta generación de viticultores y bodegueros, y en ese legado familiar nos apoyamos para crear este proyecto independiente, en la casa que vio crecer a los descendientes de Gaetano De Maio. De origen italiano, el abuelo creó el viñedo, siguiendo la aventura comenzada por su padre al llegar a Uruguay, en los años veinte, y continuando una tradición mucho más antigua, una cultura del vino que nos viene de generación en generación.
Somos la familia De Maio Dito: Washington, quien cuida y conduce la viña con pasión; Florencia, que en su pequeño reino de la bodega combina conocimientos e intuición para elaborar vinos frescos y con personalidad; y Francesca, el alma de la casa que maneja cucharas y pinceles para deleitarte tanto con un delicioso plato de elaboración casera como con una escena de la vida campestre capturada en alguno de sus lienzos. Entre nuestros pasos, está siempre el viejo y amigable Zippolo, nuestro perro adorado.
Nuestro equipo
Casa Grande es comunidad. Con nosotros trabaja Leticia, quien de niña jugaba entre los árboles de nuestro jardín mientras su padre, el capataz Germán (Miranda, para nosotros), ayudaba primero al abuelo Gaetano y, más tarde, a Washington en las labores del viñedo. En las vendimias de su infancia, Leticia recogía uvas junto a Florencia; hoy la acompaña en todas las tareas de la bodega.
Carmen, su madre, también trabaja con nosotros en las tareas zafrales, así como muchos cortadores de la zona, que año a año se unen a la vendimia. Son trabajadores que conocen su oficio y el amor y profesionalismo con el que cuidamos nuestro viñedo.
Pero nuestro trabajo no sería el mismo sin la valiosa ayuda de Luis Benvenuto, el ingeniero agrónomo que nos asesora desde 1986 y que ya es parte de la familia Casa Grande. Ni estaría completo sin la experiencia de Andrés Risi, quien cada año colabora en la elaboración de nuestras increíbles grapas, hechas en su viejo alambique de cobre.